lunes, 17 de diciembre de 2007

NAVIDAD

Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682)



Al llegar la medianoche
y romper en llanto el Niño,
las cien bestias despertaron
y el establo se hizo vivo…

y se fueron acercando
y alargaron hasta el Niño
sus cien cuellos, anhelantes
como un bosque sacudido.

Bajó un buey su aliento al rostro
y se lo exhaló sin ruido,
y sus ojos fueron tiernos,
como llenos de rocío…

Una oveja lo frotaba
contra su vellón suavísimo,
y las manos le lamían,
en cuclillas, dos cabritos…

Las paredes del establo
se cubrieron sin sentirlo
de faisanes y de ocas
y de gallos y de mirlos.

Los faisanes descendieron
y pasaban sobre el Niño
su ancha cola de colores;
y las ocas de anchos picos

arreglábanle las pajas;
y el enjambre de los mirlos
era un vuelo palpitante
sobre el recién nacido…

Y la Virgen entre el bosque
de los cuernos, sin sentido,
agitada iba y venía
sin poder tomar al Niño.

Y José sonriendo iba
acercándose en su auxilio…
¡Y era como un bosque todo
el establo conmovido!


Gabriela Mistral (1889-1957)





Deseo mucha felicidad a todos los que visitáis esta página y espero que el próximo año sigáis acompañándome en este viaje por la pintura y la poesía.



Un abrazo

Algaire

jueves, 6 de diciembre de 2007

I

John William Waterhouse (1849-1917)



Mienten ambos,
olvido y recuerdo, mienten.
Al uno amo en su constante ausencia.
Al otro, presencia demorada amo,
con la laxitud de la tarde
en retirada.


Narima

jueves, 29 de noviembre de 2007

Gatos

Antonio Guzmán Capel (1960 - )


En su grave rincón, los felinos
rigen su destino. El silencio
los devuelve al alba
en la sutil quietud de las horas.

Adentro irradian mágicos fulgores
los ojos, las uñas afiladas,
blancos colmillos, pupila vertical
que vigila el mundo.

Gato observador, independiente,
amigo,
gato prisionero del tiempo y sueño consumido.

Entre noches negras y blancos días
me acompañas,
y en tu calor, cuando el tiempo en su rigor
nos señala,
me acomodo al son de tu música,
mágico ronroneo de sueños infinito
.

Teo Basterra (1961 - )

jueves, 22 de noviembre de 2007

Acumulando vida

Edward Hopper (1882-1967)


Llevo el mar impregnado en mis ojos
y la cálida brisa de un agosto lejano
enganchada en los poros de mi piel.
Nací, cuando los años eran maletas
sujetas con cuerdas apenas salidas del hambre,
los gastados zapatos plumas sobre la tierra.
De mi adolescencia me quedan acordes
disconformes, saltando de boca en boca
puños en alto ante la barbarie
y moratones nacidos de la vorágine que mezcla
libertad con libertinaje.
Hasta aquí me han traído los vientos
de una vida acumulando baúles
donde guardo con celo horas de experiencia
días de luz y candelabros de ausencias.
Se supone que es la madurez
mi actual compañera
el camino recorrido mi cómplice
y el reloj, mi enemigo.
Llevo en mi alma, las mismas dosis
de lucha que de olvido.

Maribel Sánchez

jueves, 15 de noviembre de 2007

Volar

René Magritte (1898-1967)


Me gustaría volar,
hacia donde el sol
se esconde en el mar,
y buscar su cobijo.

Me gustaría ser ola
y jugar con las sirenas,
navegar por el mar
hasta la playa.

Me gustaría ser tierra
donde, en los árboles, las hojas
le hacen el amor al viento,
y la lluvia fresca llega
como un orgasmo.

Me gustaría ser aire
y correr y volar
y nadar y amar.
En el aire
quiero ser tu aire..

Meigo

jueves, 8 de noviembre de 2007

Si ya no vienes...

Vincent van Gogh (1853-1890)

Si ya no vienes, ¿ para qué te aguardo?
Y si te aguardo, di por qué no vienes,
verde y lozana zarza que mantienes
sin consumirte el fuego donde ardo.

Cuánto tardas, amor, y cuánto tardo
en rescindir los extinguidos bienes.
Ya quién me salve no lo sé, ni quienes
clavan el alma dardo sobre dardo.

A la mañana, que se vuelve oscura,
sigue la noche, que se vuelve clara
a solas con tu sed, que hiere y cura.

No quisiera pensar si no pensara
que, privado que fui de tu hermosura,
me olvidara de mí si te olvidara.


Antonio Gala (1936- )

jueves, 1 de noviembre de 2007

El Coloso

Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828)


Es como el Dios del Viejo Testamento,
cabalgando el corcel de la tormenta,
el pánico a su avance se acrecienta,
el ciclón es el aire de su aliento.

Anárquico hormiguero en movimiento,
gentes, carruajes, bestias, turbulenta
caravana de pueblos, harapienta,
en atropello huyendo lo violento.

Alborotado mar humano, ciego,
bajo cielo de vómitos de fuego
amagando catástrofe inminente.

La turba no razona, se abalanza,
no entiende que no hay monstruo en lontananza,
que el monstruo del terror yace en la mente.

Francisco Álvarez Hidalgo


Nota: En esta ocasión, la conjunción de cuadro y poema, no es obra mía, Francisco escribió este soneto precisamente para esta pintura de Goya y por lo tanto me cedió todo el conjunto.

jueves, 25 de octubre de 2007

En azul

Isabel Navarro Verdú


Azul como el delirio, azul como la hora
en que cruza tu sombra mi fiebre desvelada;
azul como el más bello cuento de Scherezada,
azul como la noche de una leyenda mora.

Azul como la llama convulsa que devora
la mirra alucinante de la orgía sagrada,
parece que de todo lo azul fuese formada
la veste que te ciñe sensual y triunfadora.

De cálidas neblinas irrigan un paisaje
fugaz y caprichoso los visos de tu traje;
el aire entre sus pliegues tornasola suspiros…

Y bajo la tormenta que aviva el sortilegio,
tu cuerpo resplandece, desnudo, lácteo, egregio,
prisionero en un móvil palacio de zafiros.

Carlos López Narváez (1897-1971)



Nota: Esta es la primera vez que un pintor, en este caso pintora, me ofrece uno de sus cuadros para acompañar a un texto, ya que hasta el momento las colaboraciones siempre fueron de poemas.

jueves, 18 de octubre de 2007

Bajo tus ramas....

Henri Joseph Harpiguies (1819-1916)


Bajo tus ramas, árbol acogedor
dejaré letras de agradecimiento
transmitiré sones de sentimiento
de protección sentida a tu alrededor.

Traslado ante ti mis miedos, sabedor
que el tiempo madurará lo que siento.
Entre tus hojas sin tiempo, contento
te hago de mis sombras tierno valedor.

El viento refresque en la noche tus hojas
el rocío al alba te haga brillar
te caliente el sol tibio del mediodía

la tarde, el cielo de luces rojas
anunciando la noche, logre conciliar
tus sueños y tu vida en armonía.


Modes Amestoy

jueves, 11 de octubre de 2007

El libro de Zaynab. Madinat al-Muluk. XIX y XX

Alberto Pasini (1826-1899)

Acompaño a mi madre
hasta el suq al-Attarin,
cerca de la Mezquita.

Pide hierbas de olor para las sábanas,
olíbano que arome mi alhanía,
el benjuí que proteja
nuestro pecho en invierno,
alezna que dé gusto
a los tiernos pichones,
azafrán y cominos
que con ajos recubran
el pescado del año,
soconusco y vainilla
del racahut en las tardes más frescas.
Tanto olor, cual si me desvaneciera…
Carísimos polvillos y semillas
que se lleva mi madre
y yo, sin pensamiento,
salgo casi dormida de las tiendas,
hurtada a los aromas
por mi voraz señor.

Ogigia


jueves, 4 de octubre de 2007

La dulce espera

Jozef Israëls (1824-1911)



Sembraré sueños de esperanza
esta noche sin bolero.
Anidaré en la playa de mi vida
tu presencia,
con la luz de tu amistad
por siempre...

Recogeré el plantel
con semilla de fe,
porque por muy lejos que te halles
de mi morada
a ciegas sabrás recorrer el sendero
que te devolverá de nuevo a mi,

Esperaré mirando al mar
y en mi regazo
saborearé el recuerdo
hasta que tú decidas regresar
.

Darilea

viernes, 28 de septiembre de 2007

Arrebátame, amor, águila esquiva....

Edward Aldrich (1965- )


Arrebátame, amor, águila esquiva,
mátame a desgarrón y a dentellada,
que tengo ya la queja amordazada
y entre tus garras la intención cautiva.

No finjas más, no ocultes la excesiva
hambre de mí que te arde en la mirada.
No gires más la faz desmemoriada
y muerde de una vez la carne viva.

Batir tu vuelo siento impenetrable,
en retirada siempre y al acecho.
Tu sed eterna y ágil desafío.

Pues que eres al olvido invulnerable,
vulnérame ya, amor, deshazme el pecho
y anida en él, demonio y ángel mío.


Antonio Gala (1936- )

viernes, 21 de septiembre de 2007

Belleza serena

Ladislas Wladislaw von Czachorski (1850-1911)


Única turbación y melodía
de tu belleza toda en paz lograda,
la fuga musical de tu mirada,
sobre la sabia y pura geometría

de tu cuerpo sin tacha, es una fuente
con dos chorros de luz, que habla de cosas
lejanas y de estrellas misteriosas
más allá de la Forma y el Presente.

Ciega, por eso, mi alma te desea
como una estatua, porque así, hecha idea,
nada turbe tu plástica armonía;

y así, ya sin lejanas alusiones,
como el jazmín serena al mediodía,
tu perfección serene mis pasiones.

José María Pemán (1898-1981)

domingo, 16 de septiembre de 2007

Tanka II

Jacob Wagner (1852-1898)



Mar tan querido
que unes y separas,
en ti confío,
te hago mi cómplice
de razón y sin razón

Noa

lunes, 10 de septiembre de 2007

Si mi voz muriera en tierra

Dawson Montagne (1895-1973)

Si mi voz muriera en tierra
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.

Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!

Rafael Alberti (1902-1999)

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Mikhail Garmash (1969- )

La arena se enreda bajo mis pies
mientras la marea vuelve de sal
los impulsos del corazón, la luna
trae y lleva a placer la espuma que
moja mi piel.

La noche está calma y serena
envolviendo de suave brisa
mis ganas, mientras el pensamiento
anda sonámbulo por entre las caracolas
vacías que tropiezan como mis deseos.

Las yemas de los dedos forman
letras ilegibles sobre el suelo arenoso
que el mar me ofrece, como si de
una hoja inmensa se tratara, borrando
con su oleaje el nombre que mis labios
guardan en secreto.

Azul

sábado, 1 de septiembre de 2007

La cántiga de les llárimes

Anne François Louis Janmot (1814-1892)


En la cobil, que tá enllena
d’ escoridá y de mugor,
hay un neñín y una pena,
hay una má y un dolor.
Son pena y dolor abondos
los que entren en ’a cobil,
siempre muy grandes, muy fondos
y con el mesmu prefil.
El neñu, lloramicando,
ta siempre co ´l mesmu afán
-Ay, má…!- solluta dacuando-
teno fame, queyo pan….!
Y ya la má aburuxada
apiértalu escontra ’l sen,
y non i arrespuende nada,
y lloramica tamién….

El neñu, famientu u quiera,
fo un mozu de perdición;
toa la cobil u ñaciera,
teníala ’nel corazón.
El semó fuebu ’nos eros
a puntu ya de coyer,
y él atopó en los senderos
muncha sangre que verter.
Y fó tan mala so zuna,
que ainda muertu tres sofrir,
non hebo rosa denguna
que lu quixera cobrir….!

Viólu un anxelín en vuelu,
viólu y entrugói entós:
-Y tú qué lleves al cielu
pa disculpate con Dios…?
Tou abruyau en so espantu,
faloi como creminal:
-Llevo de mal non sé cuantu,
llevo cien fechos de mal…!
De bien en todes miós güelles
ni un solu rispiu surdió;
embaxu de les estrelles,
non hay gañín como yo….!
-Peru enxamás dio to vía
daqué de llume quiciás…?
Y enllenu de coruxía,
cuntoi el mozu:
Enxamás…!
Y entós el ánxel:
_Vo al mundiu,
tu aspera, buscaré yo…..
Y como en un arreflundiu,
él vieno al mundio, y golvió.
Golvió con una fortuna
de gotines d ’alborá;
más que sol y más que lluna,
más que fuebu y más que ná….
Y el ánxel dioi les gotines,
y dixoi al mozu asín:
-Son todes les llarimines
que erramaste de niñín….!

Constantino Cabal (1877-1967)

martes, 28 de agosto de 2007

No pronuncies mi nombre

Pierre Auguste Renoir (1841-1919)


No me llenes de besos
Con labios deshojados,
No me mires a los ojos
Con mirada perdida,
No me busques
Si hallarme no quieres,
No pronuncies mi nombre
Si otro rostro lo viste,
No pretendas amar
Si el latido no existe.

Darilea

miércoles, 22 de agosto de 2007

Coplas del vino

Gerrit van Honthorst (1592-1656)

Nervioso, pero sin duelo
a toda concurrencia
por la mala voz suplico
perdón y condescendencia.

Con mi cara de ataúd
y mis mariposas viejas
yo también me hago presente
en esta solemne fiesta.

¿Hay algo, pregunto yo
más noble que una botella
de vino bien conservado
entre dos almas gemelas?

El vino tiene un poder
que admira y que desconcierta
transmuta la nieve en fuego
y al fuego lo vuelve piedra.

El vino es todo, es el mar
las botas de siete leguas
la alfombra mágica, el sol
el loro de siete lenguas.

Algunos toman por sed
otros por olvidar deudas
y yo por ver lagartijas
y sapos en las estrellas.

El hombre que no se bebe
su copa sanguinolenta
no puede ser, creo yo
cristiano de buena cepa.

El vino puede tomarse
en lata, cristal o greda
pero es mejor en copihue
en fucsia o en azucena.

El pobre toma su trago
para compensar las deudas
que no se pueden pagar
con lágrimas ni con huelgas.

Si me dieran a elegir
entre diamantes y perlas
yo elegiría un racimo
de uvas blancas y negras.

El ciego con una copa
ve chispas y ve centellas
y el cojo de nacimiento
se pone a bailar la cueca.

El vino cuando se bebe
con inspiración sincera
sólo puede compararse
al beso de una doncella.

Por todo lo cual levanto
mi copa al sol de la noche
y bebo el vino sagrado
que hermana los corazones.


Nicanor Parra (1914- )


miércoles, 15 de agosto de 2007

El libro de Zaynab. Madinat al-Muluk. XII

Rudolf Ernst (1854-1932)

Hoy he ido al hamman por encontrarte,
lo hago por ti, mi amor,
que me disgusta entrar,
mentir que he estado enferma,
pensando que las aguas que nos limpien
tal vez sean las mismas.

Abandono mis ropas y me cubro
con una blanca sábana
y, paciente, espero en la sala fría;
después penetro en al-bayt al-sajún
donde el vapor huele a un agrio sudor
y a partes escondidas.

Me adormilo transpirando
el pesar de no encontrarte nunca.

Con tafl, la masajista
se entretiene en mi pelo
y con nura mis piernas quedan suaves
como el pecho de un niño.

Oigo que otras mujeres
se descubren su amor o su desdén,
manchan su corazón con impudicias.

Y me entrego callada
a las ligeras manos de la joven,
despertando, al pronto, de mi sopor
si sumerjo mi cuerpo
en la pila de mármol;
sus aguas transparentes
susurran como el pozo de un oasis,
limpian mi miedo, me hacen olvidar
el ingrato diálogo.

Son sus roces tus dedos
cuando llegas desde la calle oscura,
pues salgo de los baños perfumada
y colmada de besos invisibles.

Ay, que el Señor perdone
mi pequeña mentira.


Ogigia

miércoles, 8 de agosto de 2007

En sueños, tu risa

Lord Frederick Leighton (1830-1896)



Entre los laberintos del sueño
escucho tu risa clarificada.
Musicalidad de amor tejida que
la brisa por mis caminos entona.

En mi semblante, aún en sueño sumergido,
un pincel carmesí tatúa una sonrisa que
por la comisura de la boca se derrama
enredándose con la tuya.

Labios en ardores perfilados
exigiendo y aportando querencias.
Deseo suspendido entre sábanas y piel;
pasión escalando del vientre a la mirada.

Cuerpos ungidos de gozos.
Almas de promesas colmadas.
Húmedo el despertar, entre brumas de plomo;
las manos repletas de nada.


Trini Reina

jueves, 2 de agosto de 2007

Serranilla

Julien Dupré (1851-1910)


Moça tan fermosa
non vi en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.

Façiendo la vía
del Calatraveño
a Sancta María,
vençido del sueño
por tierra fragosa
perdí la carrera
do vi la vaquera
de la Finojosa

En un verde prado
de rosas e flores,
guardando ganado
con otros pastores,
la vi tan graçiosa,
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.

Non creo las rosas
de la primavera
sean tan fermosas
nin de tal manera,
fablando sin glosa,
si antes sopiera
d’aquella vaquera
de la Finojosa.

Non tanto mirara
su mucha beldat,
porque me dexara
en mi libertat.
Mas dixe “Donosa
(por saber quien era)
¿dónde es la vaquera
de la Finojosa?...”

Bien como riendo,
dixo: “Bien vengades;
que ya bien entiendo
lo que demandades:
non es desseosa
de amor, nin lo espera,
aquessa vaquera
de la Finojosa.”

Iñigo López de Mendoza
Marqués de Santillana (1398-1458)


viernes, 27 de julio de 2007

Tanka I

Hernan Herzog (1832-1932)

Brilla la luna,
vuelan alto las aves,
la oscuridad ya crece.
Shhh, atiende, escucha;
oirás el silencio.

Noa

sábado, 21 de julio de 2007

Cantares

Julio Romero de Torres (1874-1930)


Vino, sentimiento, guitarra y poesía
hacen los cantares de la patria mía…
Cantares…
Quien dice cantares, dice Andalucía.

A la sombra fresca de la vieja parra,
un mozo moreno rasguea la guitarra…
Cantares…
Algo que acaricia y algo que desgarra.

La prima que canta y el bordón que llora…
y el tiempo callado se va hora tras hora.
Cantares…
Son dejos fatales de la raza mora.

No importa la vida, que ya está perdida.
Y, después de todo, ¿qué es eso, la vida?
Cantares…
Cantando la pena, la pena se olvida.

Madre, pena, suerte, pena, madre, muerte,
ojos negros, negros, y negra suerte…
Cantares…
En ellos, el alma del alma se vierte.

Cantares, cantares de la patria mía…
Cantares son sólo los de Andalucía.
Cantares…
No tiene más notas la guitarra mía.


Manuel Machado (1874-1947)


viernes, 13 de julio de 2007

A ejemplo de los árboles desnudos.....

John Atkinson Grimshaw (1836-1893)

No es el otoño, no, quien a los árboles
arrebata sus hojas, que son ellos,
son los árboles mismos quienes ceden
sus hojas a los vientos….

Los árboles desdeñan
la estéril pompa del follaje muerto,
y, con viril austeridad, aguardan
desnudos los rigores del invierno.
¡Saben que sólo así la primavera
los vestirá de nuevo!

Alma mía: estos árboles desnudos
sean para ti ejemplo.
Renuncia, como ellos, a lo vano;
despójate, como ellos, de lo viejo.
Si en ti muere una idea, para siempre
arráncala de ti y échala al viento.

¡Porque son los cadáveres de ideas
la estéril pompa del follaje muerto!
No finjas pensamientos que no pienses,
no sientas con fingidos sentimientos.
Antes que así, desnuda,
resiste los rigores del invierno.

¡Que al cabo tornará la primavera
y a ti también te vestirá de nuevo!.


Enrique Ruiz de la Serna (1887-1956)


domingo, 8 de julio de 2007

¡Semper!

Frederic Edwin Church (1826-1900)

Arrojada en los escarpes
de la costa en que halló abrigo,
inválida del naufragio,
veterana del peligro,
la vieja barca se pudre
sobre los ásperos guijos
crujiendo al viento que azota
sus tablones carcomidos.
Al ascender la marea,
el mar, su señor antiguo,
en los brazos de sus olas
la levanta convulsivo,
y entre impetuosas caricias
la habla, rugiendo y magnífico,
de combates y aventuras,
de escollos y torbellinos.
Declina el sol; de la tarde
se aspira el ósculo tibio;
sus penetrantes aromas
confunden brea y marisco;
delante está lo insondable;
más allá está lo infinito,
más allá… más allá el mundo
poblado por el delirio.
… … … … … … … … … …
Columpiada en la rompiente,
sin velas, jarcias ni rizos,
aún siente la vieja barca
la tentación del abismo.


Emilio Ferrari (1850-1907)


domingo, 1 de julio de 2007

A una dama

Albert Lynch (1851-1912)

Tu gracia, tu encanto, tu hermosura,
muestra todo del cielo, retirada,
como cosa que está sobre natura,
ni pudiera ser vista ni pintada.

Pero yo, que en el alma tu figura
tengo, en humana forma abreviada,
tal hice retratarte de pintura
que el amor te dejó en ella estampada.

No por ambición vana o por memoria,
o ya para manifestar mis males;
mas por verte más veces que te veo.

Y por solo gozar de tanta gloria,
señora, con los ojos corporales,
como con los del alma y del deseo.


Diego Hurtado de Mendoza (1503-1575)



jueves, 28 de junio de 2007

Azules campanillas

Manuel de la Rosa Sampedro (1860-1924)


Si al mecer las azules campanillas
de tu balcón
crees que suspirando pasa el viento
murmurador,
sabe que, oculto entre las verdes hojas,
suspiro yo.

Si al resonar confuso a tus espaldas
vago rumor,
crees que por tu nombre te ha llamado
lejana voz,
sabe que, entre las sombras que te cercan,
te llamo yo.

Si se turba medroso en la alta noche
tu corazón
al sentir en tus labios un aliento
abrasador,
sabe que, aunque invisible, al lado tuyo
respiro yo.


Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)


jueves, 21 de junio de 2007

A un gato

Robert Abbett (1926- )

No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás.
Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.


Jorge Luis Borges (1899-1986)

martes, 19 de junio de 2007

La galerna


Joseph Mallord William Turner (1775-1851)

Reinaba una ligera brisa,
a no más de cuatro leguas
las barquías,
bregando desde la amanecida
y de vacío.

Viento sur en tierra,
acechante a lo lejos, Noroeste

y llegó súbitamente
la más traidora,
desplomando un murallón de nubes
galopantes, negras.

Contémplalos luchar
arriando la unción,
¡Ay plegaria marinera!

Arreciaban jirones de lluvia
el pecho de la bestia huracanado
hierve espumas la mar arqueada,
cadavérica luz…
de barro la mar,
olas hinchadas
penachos blancos bramando
como montes de agua ronca.

Y en tierra tañen
agónicas las campanas,
al toque detente-nú,
el viento trajo sus voces
desgarradas

¡Jesús y adentro!

Vana esperanza
de pasar la barra,
frágil leño de las olas roto
la quilla hincada entre peñascos.

“El Glorioso San Antonio”
el infierno…
trece pescadores,
valientes que a puerto,
no volvieron.

Mª Antonia Maroto Urones

sábado, 16 de junio de 2007

Ojalá

Albert Lynch (1851-1912)


Ojalá cuando me pienses
eternamente lo hagas
imaginando una sonrisa
bailando en mi mirada.

Cuando me sueñes
suéñame, acariciándote el alma
con manos de seda
con besos de plata.

Si alguna vez me lloras
que de alegría sea tu llanto
y henchido de amor
abraces mi cuerpo entregado.

Cuando evoques mis ojos
ojalá que en ellos bucees
y te sumerjas amante
en mis lagunas verdes.

domingo, 3 de junio de 2007

A una hoja seca

Cesar G. Pola (1921-1989)

Así te recogí
ya carcomida,
hoja humillada.
Hoja podrida
y destrozada…

Así te cogí
en un sucio charco
del camino…
Así te traje a mí…

¡No! ¡No estás sin vida, no!
porque aún fuiste capaz,
en tus despojos,
de percibir un poco
del calor
que te dieron mis labios
temblorosos…

Así te recogí…
pisoteada…
Así te traje a mí,
milagro del amor,
resucitada…

Cesar G. Pola (1921-1989)


A mis árboles

Cesar G. Pola (1921-1989)

Árboles míos…
Amigos confidentes
en los juegos de mi infancia
perdida y solitaria…

Árboles muertos…
Desgajados, carcomidos
como pedazos
de mi alma.

Compañeros
del camino.
En vuestro dolor
descargo mi dolor.

En vuestra soledad
encuentro compañía.

Árboles muertos.
¡Hermanos míos!
También un día,
agonizante
y herido por los hombres,
junto a vosotros
a morir
acudiré…

Cesar G. Pola (1921-1989)


viernes, 18 de mayo de 2007

Lágrimas de mujer

Emile Pierre Metzmacher (1815-1890)


Daba sustento a un pajarillo un día
Lucinda, y por los hierros del portillo
fuésele de la jaula el pajarillo
al dulce aire do vivir quería.

Con un suspiro, a la ocasión, tardía,
tendió la mano, y no pudiendo asillo
dijo, y de sus mejillas, amarillo
tornó el clavel que entre su nieve ardía:

“¿Adónde vas por escapar el nido
al peligro de ligas y de balas
y al dueño huyes que tu pico adora?”

Oyóla el pajarillo enternecido
y a la antigua prisión volvió sus alas.
¡Qué tanto puede una mujer que llora!.

Félix Lope de Vega y Carpio (1562-1635)



jueves, 17 de mayo de 2007

Vida-garfio

Luis Muntane Muns (1899-1989)


Amante: no me lleves, si muero, al camposanto.
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
alboroto divino de alguna pajarera
o junto a la encantada charla de alguna fuente.

A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra,
donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos,
alargados en tallos, suban a ver de nuevo
la lámpara salvaje de los ocasos rojos.

A flor de tierra, amante. Que el tránsito así sea
más breve. Yo presiento
la lucha de mi carne por volver hacia arriba,
por sentir en sus átomos la frescura del viento.

Yo se que acaso nunca allá abajo mis manos
podrán estarse quietas.
Que siempre como topos arañarán la tierra
en medio de las sombras estrujadas y prietas.

Arrójame semillas. Yo quiero que se enraicen
en la greda amarilla de mis huesos menguados.
¡Por la parda escalera de las raíces vivas
yo subiré a mirarte en los lirios morados!.

Juana de Ibarbourou (1892-1979)

miércoles, 16 de mayo de 2007

La ronda de las hojas

Cesar G. Pola (1921-1989)


Meciéndose suavemente
las hojas cayendo van…
se detienen un instante
y siguen cayendo más.

ssss…ssss…ssss…
Dice el viento entre las ramas
ssss…ssss…ssss…
¡el otoño vino ya!.

Las hojas hacen la ronda
y se ponen a jugar.

Filomena Codorniú

martes, 1 de mayo de 2007

El dulce milagro

Auguste Toulmouche (1829-1890)


¿Qué es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen.
Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
Mi amante besóme las manos y en ellas
¡Oh, gracia!, brotaron rosas como estrellas.

Y voy por la senda voceando el encanto
y de dicha alterno sonrisas con llanto
y bajo el milagro de mi encantamiento
se aroman de rosas las alas del viento.

Y murmura al verme la gente que pasa:
-¿No veis que está loca? tornadla a su casa.
¡Dice que en las manos le han nacido rosas
y las va agitando como mariposas!.

¡Ah, pobre la gente que nunca comprende
un milagro de éstos y que sólo entiende
que no nacen rosas más que en los rosales
y que no hay más trigo que el de los trigales!.

Que requiere líneas y color y forma
y que sólo admite realidad por norma.
Que cuando uno dice: “Voy con la dulzura”,
de inmediato buscan a la criatura.

Que me digan loca, que en celda me encierren,
que con siete llaves la puerta me cierren,
que junto a la puerta pongan un lebrel,
carcelero rudo, carcelero fiel.

Cantaré lo mismo: -Mis manos florecen,
rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
¡Y toda mi celda tendrá la fragancia
de un inmenso ramo de rosas de Francia!.

Juana de Ibarbourou (1892-1979)

lunes, 30 de abril de 2007

El baile

Pierre-Auguste Renoir (1841-1919)

Tú me sueñas y yo sueño contigo.
Ambos en un salón muy elegante,
abrazados, bailando, emocionados.
Con los ojos brillantes y la piel erizada,
las miradas cargadas de deseo.
Mis tacones de vértigo consiguiendo el milagro
de aproximar mis labios a tu oído.
No escuchamos la música, no vemos a la gente,
no importa nada más que ese reencuentro.
Nos sentimos felices como niños,
primarios y excitados como bestias en celo.
Cuando la negra vida nos despierte,
a diferentes horas y en diferentes camas,
la ansiedad y el dolor volverán a atraparnos
y nuestros sueños sólo serán sueños.

Amalia Bautista (1962 - )

jueves, 5 de abril de 2007

Tu pupila es azul

Lord Frederick Leighton (1830-1896)

Tu pupila es azul, y cuando ríes,
su claridad suave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana
que en el mar se refleja.

Tu pupila es azul, y cuando lloras,
las transparentes lágrimas en ella
se me figuran gotas de rocío
sobre una violeta.

Tu pupila es azul, y si en su fondo
como un punto de luz radia una idea,
me parece en el cielo de la tarde
¡una perdida estrella!

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

viernes, 23 de marzo de 2007

Espera

Carl Vilhelm Holsoe (1863-1935)

Te esperé con la sangre detenida
sobre el silencio en ascuas de tu ausencia.
Te esperé soportando la existencia
como un lebrel al pie de tu partida.

Te esperé casi al borde de la herida
y a dos pasos no más de la demencia.
Te esperé en la angustiosa transparencia
de aquella noche en el reloj vencida.

Pero que inútil la mortal espera:
Sin pensarlo cité la primavera
cuando el invierno helaba mis rosales.

Y hoy que casi olvidaba tu presencia,
me estoy enamorando de tu ausencia
a través de mis propios madrigales.

Jorge Robledo Ortiz (1917-1990)

La madre triste

Virginie Demont Breton (1859-1935)


Duerme, duerme, dueño mío,
sin zozobra, sin temor,
aunque no se duerma mi alma,
aunque no descanse yo.

Duerme, duerme y en la noche
seas tú menos rumor
que la hoja de la hierba,
que la seda del vellón.

Duerma en ti la carne mía,
mi zozobra, mi temblor.
En ti ciérrense mis ojos:
¡duerma en ti mi corazón!.

Gabriela Mistral (1889-1957)

lunes, 19 de marzo de 2007

La buenaventura

Caravaggio - Michelangelo Merisi (1571-1610)

Ojalá tengas suerte –me dijo-
y te avise el cuerpo
antes de ser aleatoria presencia cabizbaja
buscando palabras en un vertedero.

Ojalá no sientas lo cercano a la vergüenza
tentándote en los bolsillos un horizonte vacío
o la carga indefinible del hartazgo,
ojalá.

No sabría explicarlo,
no soy poeta
pero… ojalá tengas suerte, sumando renuncias
sin que te traiciona la memoria de lo vivo
y de las horas que asustan.

Ojalá, en cada desaliento
no se te escapen todos los años juntos.
y si así fuera,
ojalá nunca… nunca pierdas,

la VIDA

sábado, 3 de febrero de 2007

¿Ves esa rosa que tan bella y pura...?

Brian Davis (1946- )

¿Ves esa rosa que tan bella y pura
amaneció a ser reina de las flores?
Pues aunque armó de espinas sus colores,
defendida vivió, mas no segura.

A tu deidad enigma sea no obscura,
dejándose vencer, porque no ignores
que aunque armes tu hermosura de rigores,
no armarás de imposibles tu hermosura.

Si esa rosa gozarse no dejara,
en el botón donde nació muriera
y en él pompa y fragancia malograra.

Rinde pues, tu hermosura, y considera
cuánto fuera rigor que se ignorara
la edad de tu florida primavera.

Calderón de la Barca (1600-1681)