domingo, 8 de agosto de 2010

El Ángel Guardián


Bernhard Plockhorst (1825-1907)


Es verdad, no es un cuento;
hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van.

Tiene cabellos suaves
que van en la venteada,
ojos dulces y graves
que te sosiegan con una mirada
y matan miedos dando claridad.
(No es un cuento, es verdad)

El tiene cuerpo, manos y pies de alas
y las seis vuelan o resbalan,
las seis te llevan de su aire batido
y lo mismo te llevan de dormido.

Hace más dulce la pulpa madura
que entre tus labios golosos estruja;
rompe a la nuez su taimada envoltura
y es quien te libra de gnomos y brujas.

Es quien te ayuda a que cortes las rosas,
que están sentadas en trampas de espinas,
el que te pasa las aguas mañosas
y el que te sube las cuestas más pinas.

Y aunque camine contigo apareado,
como la guinda y la guinda bermeja,
cuando su seña te pone el pecado
recoge tu alma y el cuerpo te deja.

Es verdad, no es un cuento;
hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van.


Gabriela Mistral (1889-1957)

10 comentarios:

Ligia dijo...

"Angel de la Guarda, dulce compañía..."
Muy tierno el poema y también la imagen. Abrazos

Senior Citizen dijo...

Que pena que a los niños ahora no les hablen del Ángel de la Guarda....

Trini Reina dijo...

Nunca he tenido dudas sobre que: "Hay un Ángel Guardián".

Besos

Cani dijo...

Yo, que siempre he considerado a mis padres como "mis angeles de la guarda" te dire que si mi madre me cantaba, mi padre siempre me consolaba con un poema; Gabriela Mistral y Ernestina de Champourcin eran sus preferidas para eso. Que mas quieres que te diga sobre lo que significan para mi sus poemas
Un abrazo

fgiucich dijo...

Ese Angel al cual mi madre me hacia rezar todas las noches. Hermoso!!! Abrazos.

unjubilado dijo...

Si hay un Ángel Guardián. El viernes yendo de Broto a Biescas (muchas curvas y mucho, mucho tráfico) un vehículo cortó la curva por el centro, yo iba en sentido contrario y los dos tuvimos que dar un volantazo para no embestirnos de frente, casi me salí de la estrecha carretera, pero gracias al Ángel Guardián no pasó nada.
Ángel de la Guarda dulce compañía,
no me desampares ni de noche, ni de día...
Un abrazo

marian dijo...

Esos seres protectores… quizás no son un cuento como dice la poeta. Los que vivimos una infancia en la que la calle era juego y aventura, mucho hicimos trabajar a nuestros ángeles de la guarda :o)… que más de una vez amortiguaron los coscorrones y descalabros. El cuadro me recuerda ilustraciones antiguas de algún catecismo. No sabemos cuál es su verdadero aspecto, pero hay personas con ángel…

Algaire dijo...

Ligia – Me gustó la imagen porque me recordaba a los dibujos de los cuentos de antes.

Senior Citizen – Me temo que si a los niños de ahora les hablas del Ángel de la Guarda se te ríen en las narices.

TriniReina – Seguro que lo hay, la pena es que no reparamos en ello.

Cani – No elegía mal tu padre a la hora de leerte poesía, claro que con lo buen poeta que él era no me extraña.

Fgiucich - :-) Y aún hoy deberíamos de rezarle pues aún siendo mayores, seguro que no nos abandona.

Unjubilado – Menuda suerte Jubi, dale las gracias al tuyo y dile que te acompañe siempre por esas carreteras tan poco seguras hoy en día, hay demasiados accidentes.

Marian – Supongo que sin nosotros saberlo nos hayan sacado de mas de un apuro y espero que sigan acompañándonos porque no estamos libres de tenerlos todavía.

Pilar Álamo dijo...

La creencia en el Ángel de la guarda es histórica.
En el Nuevo Testamento es tan viva la creencia de que cada uno tiene un ángel custodio, que cuando San Pedro al ser sacado de la cárcel llega a llamar a la puerta de la casa donde están reunidos los discípulos de Jesús, ellos creen al principio, que no es Pedro en persona y exclaman: "Será su ángel" (Hechos 12, 15).
Después de un tiempo sin comentar tus trabajos me agrada volver y ver que todo sigue con la calidad que me atrajo desde un principio.
Un abrazo.

Algaire dijo...

Pilar Álamo – Me alegra tu vuelta a mi casa.
Antes se creía en muchas cosas, ahora cada vez se cree menos, pero a pesar de ello nuestro Ángel de la Guarda no nos abandona.